martes, 24 de febrero de 2015

18. HI! IT'S ME AGAIN!


El 23 de Octubre de 2014 dí por finalizado mi pequeño blog justificando que no le veía una utilidad real más que un ejercicio de narcisismo extremo.... pues bien... ya le he encontrado una utilidad: como decía Homer Simpson: "me aburro", con lo cual he decidido relanzar mi carrera de bloguero desconocido. 
Y que mejor forma de hacerlo que contando mis batallitas :)

La que nos ocupa hoy versa sobre mi supuesta amante. Seguidamente les cuento el porqué del "supuesta", pero antes vayamos al background de la historia.
Conocí a mi amante en el trabajo, no en mi empresa, sino en el edificio donde está mi oficina. Ella trabaja en la planta ocho y yo en la tres. Cada día, a la hora del desayuno, coincidimos en el portal. Ella fuma un cigarrillo y yo me como una madalena. Como el roce hace el cariño y de cariño vamos los dos faltados pues una cosa trajo a la otra y una día estábamos en la habitación de un hotel desnudos, en la cama e intercambiando fluidos corporales... ya saben a qué me refiero. 
Ella está casada y tiene tres niños, su marido trabaja en un concesionario de automóviles y, por lo que cuenta, es un capullo. (Aunque le queda mucho para llegar al nivelazo de mi cuñado)
Cada vez que nos acostamos (tres o cuatro veces por semana) ella, antes de despedirse, dice: "Esto no ha pasado" "Tu y yo no nos conocemos" "No tenemos nada" 
Luego, tras unos segundos, añade: "Nos vemos mañana y quedamos" Me besa y se larga.
Por eso la llamo "Mi supuesta amante"

Mi vida desde que estoy con ella ha mejorado sustancialmente. No tan sólo a nivel afectivo y sexual, sino a nivel físico. Y es que el copular de manera apasionada por lo visto adelgaza. Cinco kilos en un mes... No está mal. 
Mi mujer cree que es debido a mis ejercicios en el gimnasio. Gimnasio que jamás he pisado, pagué la matrícula para tener una coartada a la hora de mis encuentros extramatrimoniales y de ahí no he pasado. 
Imagino que a estas alturas alguna persona sensibilizada especialmente con el tema "cuernos" podrá pensar que soy un ser despreciable. En cierta forma tendría razón, pero como diría el señor Campoamor: todo es según el color del cristal con que se mira y mi cristal tiene zonas bastante oscuras. No es que intente justificar mis actos, pero pienso que lo más bueno que puede pasarme en la vida es ser querido tal y como soy por una persona sin ningún tipo de interés oculto. 

Posiblemente llegue un día en el que decida dejar a A e irme con B. Si no lo he hecho todavía es porque tanto ella como yo tenemos miedo. Miedo a perder nuestra seguridad, miedo a que los pilares donde un día montamos nuestra vida se derrumben. Y auque sea un miedo irracional, es suficiente para que no hagamos público nuestro idilio y continuemos en secreto... que tambien tiene su gracia.

Sea como sea el hecho es que hoy he vuelto a quedar con ella. El procedimiento será en siguiente: le mandaré dos mensajes, uno con las iniciales del hotel y otro desde un móvil distinto con el numero de habitación. Ella llegará al cabo de unos veinte minutos de recibir el segundo. Entrará, apagaremos los teléfonos, nos abrazaremos, nos besaremos y nos acostaremos. Luego me contará las últimas imbecilidades de su marido y tras reirnos volveremos a la carga. Pediremos algo al servicio de habitaciones, comeremos para reponer fuerzas y charlaremos un rato. Finalmente echaremos un polvo final y tras decir que nada de esto ha sucedido se marchará, no sin antes besarme hasta dejarme sin aliento. Luego volveré a casa, besaré a mi mujer y a los niños y rezaré porque mi esposa no le entren ganas de hacer el amor.

Y es que ya sea por la crisis de lo cuarenta o porque soy un malnacido: me encanta tener una amante!