lunes, 13 de octubre de 2014

15. MI COCHE NO VALE NADA

Así es. Mi coche, que en su día me costó una pequeña fortuna, a la hora de entregarlo al concesionario donde quiero adquirir uno nuevo ha perdido todo el valor. 

Les cuento:
Tengo un VW Golf y tras ocho años con él he decidido cambiarlo por otro igual. En un principio, cuando voy a mirar precios y modelos todo son facilidades y buenas caras. El problema llega cuando a la pregunta: "Tiene usted coche a cambio?" Mi respuesta es: "Sí" 
Entonces el vendedor pregunta si podemos verlo para hacer una tasación y mi respuesta afirmativa nos conduce al aparcamiento del concesionario.
          -Es este. -Digo abriendo las puertas con el mando.
El vendedor, con cara de haber perdido una apuesta, se lo mira detenidamente mientras va hablando para sí mismo:
          -Si, claro... ya veo ya... uuuuuuuy... ya, ya... a ver?... vaya.... y esto?... claro... mmmmm... si, si, si... bien... creo que ya lo tengo... vamos?
Y tras eso volvemos a la oficina. Se sienta en su silla y tras manejar la calculadora dice:
         -Bien, teniendo en cuenta el año de matriculación, el estado del vehículo y el kilometraje, podemos darle 2000 € por su coche.
Un prolongado silencio inunda el pequeño despacho.
          -Dos mil? Sólo dos mil?... 
          - Si, claro.
          -No lo entiendo... qué quiere decir con "estado del vehículo"? Que yo sepa no tiene ni un arañazo... 
          -Si, bueno, ya sabe, la verdad es que los coches pierden mucho valor y además piense que nosotros, para venderlo de nuevo, tedremos que revisarlo a fondo, dar una garantía.... y eso es mucho dinero... y luego están los ciento treinta mil kilómetros...

O sea, vayamos por partes. El coche en cuestión me costó veintitres mil euros en su momento. De manera que calculando un poco por encima sale que ha perdido dos mil seiscientos euros por año. 
El coche gasta una media de siete litros cada cien kilómetros. Eso significa que para hacer los ciento treinta mil kilómetros he gastado unos nueve mil cien litros. Pongamos que, de media, un litro de gasolina vale uno con treinta y dos. Para comprar los nueve mil cien litros necesitaré unos doce mil euros. Si estos doce mil euros los repartimos entre los ocho años salen a mil quinientos anuales, que sumados a los dos mil seiscientos euros de devaluación de valor del vehículo sale un total de cuatro mil cien euros anuales de pérdidas. Eso sin contar reparaciones y mantenimientos. O sea, que, por ejemplo, si durante ocho años pudiera "separar"cuatro mil cien euros, al término de éstos habría reunido casi treinta y tres mil euros.

De repente me levanto de la silla. Con educación le digo al vendedor que me disculpe pero que ya no estoy interesado en otro Golf y salgo por la puerta del concesionario sin mediar más palabras.

De camino a mi casa me planteo dos cosas: si realmente necesito un coche y, si es así, porque no uno que valga ocho mil en lugar de veintitres mil? De ser así, lo único que puede pasar es que mis compañeros de trabajo me tomen el pelo diciendo que mi coche de ocho mil euros no vale nada. 










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