martes, 16 de septiembre de 2014

7. PARQUES TEMÁTICOS

Pues sí. Parques temáticos. Anteriormente dije, contestando a un comentario, que algún día hablaría de ellos.
Hace años tuve la gran suerte de poder viajar durante dos años a lo ancho y largo del planeta. Esta experiencia me sirvió para ver que el mundo está lleno de cosas interesantes, de cosas menos interesantes i de cosas inútiles. Y en este último apartado es donde entran los parques temáticos.
Cuando pienso en un parque temático lo primero que me viene a la mente es: colas interminables, gente con mochilas, comida basura y recuerdos inútiles. No me malinterpreten. No estoy en contra de los parques temáticos, He visitado un gran número de ellos en Europa, América y Asia.... pero sigo sin encontrarle el sentido. Vamos a analizarlo punto por punto.
          
          Empecemos por la entrada:

Aquí encontramos unas larguísimas colas de gente calzados con deportivas, pantalones cortos, camiseta y una mochila llena a reventar de vete a saber que. Los que hacen cola se podrían agrupar en cinco grandes grupos:
                   
                   - Los alumnos de viaje de fin de curso
Estos vienen en manada. Sus conversaciones suelen ir por "pues yo cuando vine la otra vez subí siete veces a tal atracción!" "pues yo subí catorce veces!" "pues a mi se me paró la atracción cuando estábamos arriba".... y a ver quién la dice más grande.
                   
                   - Los grupos de amigos
Estos son algo mayorcitos. Normalmente vienen en pareja y el propósito de los chicos es demostrarse a sí mismos y a su pareja que tienen más agallas que nadie. Para ello suben a una atracción donde el riesgo está calculado para que sea prácticamente cero.
                   
                   - Las famílias
Son mis favoritas. Son los que llevan las mochilas más grandes y los que visten más horteras. Los progenitores embadurnan a sus hijos con cremas solares, y su grito más común es: "Niño, estate quieto!"

                   - El grupo de gente que ha obtenido la entrada gratis
La envídia de los demás. Aquí hay de todo, desde el que viene porque es gratis hasta el flipado que no puede estarse quieto por la emoción de subirse a un tren que recorre el parque.

                   - Yo
Soy el que dice: "Joder! voy a pagar más de cuarenta euros por una entrada y con la gente que hay no me voy a subir en ningún lado"


           Las atracciones

Alguien piensa que el secreto del éxito de un buen parque de atracciones es poner un hilo musical detestable por todos lados. Y lo mismo con las atracciones. Alguien piensa que las atracciones mas guays son las que remojan, centrifugan o marean al visitante.
Hay una fórmula no escrita que dice: A atracción más salvaje: cola más larga. Y creanme que es cierto. Alguien se ha parado a pensar que en las colas de los parques de atracciones es donde tiramos nuestro dinero? Pongamos que entramos en el parque a las diez y nos marchamos a las ocho. Son diez horas. Descontamos una para comer quedan nueve. Si hemos pagado cuarenta y cinco euros por la entrada son cinco euros la hora. Bien? Pues prosigamos. Pongamos que cada atracción que subimos tiene cuarenta y cinco minutos de cola. En nueve horas subiremos como mínimo a seis atracciones, eso son cuatro horas y media de cola, o sea veintidós euros con cincuenta. La mitad de la entrada la pasamos perdiendo el tiempo haciendo cola. Pero ahí no acaba todo, porque para soportar mejor la espera podemos comprar refrescos, palomitas u otros tipos de comida a precios de escándalo, de manera que la pérdida es mayor todavía. Y para colmar la bancarrota doméstica está el recuerdo con la foto de "Yo he subido a esta atracción" que, obviamente, tiene un precio astronómico.


          Los restaurantes

Comer en un parque temático es sinónimo de comer caro, poco y malo. La comida parece que se haya cocinado la semana anterior y las bebidas tienen más hielo que bebida. Normalmente es un self-service donde todo suele estar muy limpio y la comida etiquetada, para que los que no sepan como son unas patatas fritas las identifiquen al instante. Aquí tambien suele haber cola, y ésta es todavía peor ya que el hambre aprieta y la bandeja pesa lo suyo. Luego, tras pagar, viene la difícil tarea de buscar una mesa libre y limpia, normalmente siempre es la que está en la esquina más alejada de la caja. Tras acabar de comer te tomarías el capricho de un helado, pero sólo con ver la cola en el self-service se te pasan las ganas.


          Resumen

Resumiendo: Quedas agotado de caminar, asqueado de las colas y con la billetera vacía. Pero como soy así de cabezota, continuaré visitando parques temáticos, a ver si algun día encuentro alguno donde no haya colas, tenga un precio razonable y la comida sea buena




2 comentarios:

  1. Te olvidas de las excursiones de jubilados al parque de atracciones. Mas vale q no los encuentres en el restaurante porque arrasan

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